¿A qué edad se debe hacer un examen visual a los niños?
Antes del primer año se podría hacer una valoración, si bien no es hasta los 3 años antes de empezar la edad lectiva cuando se recomienda acudir a revisión.
Es muy importante que los padres se fijen en los distintos síntomas del niño, y acudir a revisión ante cualquier signo de mala visión, estrabismo (tuerce un ojo), se acerca mucho a la televisión, tropieza o se da muchos golpes, etc.
En los primeros años suelen surgir estrabismos, cuyo tratamiento corresponde al oftalmólogo pediátrico. Entre los 4 y los 5 años, coincidiendo con la etapa de lectoescritura, es conveniente hacer otra prueba optométrica
No dudes en acudir a Óptica Viesques, te informaremos sin compromiso de los pasos a seguir.
¿Qué señales pueden hacer sospechar de alguna alteración de la vista en el niño?
- Se acerca mucho al papel.
- Tuerce la cabeza al leer o escribir.
- Dificultad para seguir las clases, copiar de la pizarra.
- Se frota mucho los ojos.
- Tiene dolor de cabeza, cansancio y le cuesta concentrarse.
¿Qué tratamientos permiten controlar el avance de la miopía?
- Lentillas orto-K, de uso nocturno, que corrigen la miopía mientras duermes.
- Lentillas blandas con desenfoque periférico Mylo y Mysight.
- Lentes oftálmicas de desenfoque periférico Myosmart.
- Tratamientos oftalmológicos a base de gotas de antropina
Si la miopía progresa, hay tiempo para actuar
¿Para quién están indicadas las lentes Orto-k?
- Los motivos que suelen indicar su uso son:
- Por intolerancia a otros diseños.
- Para el control de la miopía.
- Cuando no es posible una intervención quirúrgica y el paciente requiere superar unas pruebas de agudeza visual que no permiten el uso de lentes de contacto de uso diurno o gafas, como es el caso de opositores a cuerpos de seguridad del Estado.
- Para quienes de forma habitual practican algún deporte, incluidos niños y adolescentes.
- Como alternativa a la cirugía, para quienes quieren dejar de usar gafas y lentillas
La adaptación debe ser llevada por un especialista. Es muy importante realizar controles frecuentes que permitan revisar la estabilidad del tratamiento y los buenos hábitos, con el fin de evitar alteraciones del tejido o infecciones.